También conocido como fuerza o magnetismo, preferimos el término “fluido” porque se adapta más a la realidad y es más específico como concepto relacionado con el espiritismo.
El fluido es una luz que proviene de Dios, una luz invisible para nuestros ojos materializados. Sin embargo, sí es visible para los espíritus, también para los médiums completos y se transmite a velocidad del pensamiento.
El fluido se reparte en forma de cascada a través de la escala espiritista. En primer lugar, Dios envía fluido a los espíritus puros. Los espíritus puros son los únicos que pueden recibirlo directo de Dios. Y éstos lo dan a los espíritus elevados. A continuación, los espíritus elevados lo dan a los espíritus de luz y éstos a los que carecen de luz.
Dios lo hace así de esta forma para que todos nos necesitemos y haya una harmonía de hermandad entre nosotros.
Nosotros, los materializados, recibimos el fluido a través de nuestros guías espirituales, que son como mínimo, espíritus elevados.
Existen especialidades de fluido según su función
Si Dios así lo determina, puede dar fluido de curación y llegar a la materia a través de un médium para realizar milagros o curaciones.
De igual manera, el fluido puede especializarse según la necesidad de la persona materializada. Por lo que los guías asignados a esa persona, suelen estar preparados en el área a desarrollar para esa persona. Por ejemplo, un espíritu de luz elevado puede estar muy preparado en medicina y ayudar con su fluido a un cirujano.
A través del fluido también se transmite la voz interior de nuestros guías, que nos inducen a actuar correctamente con sentimientos de satisfacción vs culpabilidad. Y así en todas las actividades y trabajos que realicemos de buena fe. Y subrayo lo de buena fe, porque cuando hacemos el mal, los espíritus de luz elevados no nos ayudan.
El fluido es indispensable para todos, para realizar cualquier función o realizarnos nosotros mismos. Toda la ayuda se transmite a través de él, excepto el don de la videncia de los médiums, que se realiza a través de la telepatía. Pero ya hablaremos de los médiums otro día en nuestro blog, al igual que también profundizaremos en la escala espiritista.
Sin fluido no podríamos vivir
El fluido pues, es la base y el estímulo en este mundo material; pero también es imprescindible en el mundo espiritual. Éste se necesita como base para ayudar a los espíritus a recobrar su conocimiento y ayudarles en la expiación o recuperación que sea.
Este fluido tiene el objetivo de mantenernos en carga positiva, para que podamos utilizarla para el bien, según las necesidades a las cuales estemos dirigidos. Sin él estaríamos perdidos, tanto a nivel espiritual como material.
El fluido que recibimos de nuestros guías es muy suave, pero suficiente para encaminarnos y se va suministrando la dosis necesaria según el desarrollo que vamos adquiriendo, según nuestro interés y también disposición. Por ejemplo, cuando se estudia, los guías te dan fluido para ayudarte. A través de éste van surgiendo ideas y reteniendo en tu mente la capacidad de ese estudio. Pero esa capacidad va a depender de nuestro interés propio y del suministro de fluido que nos den nuestros guías. En el momento del examen, de demostrar tu capacidad máxima, tus guías también te ayudarán constantemente, pero si estamos nerviosos, el fluido no puede penetrar. Ese es el motivo, por el cual la mayoría de las veces no podemos demostrar en el examen la capacidad máxima de nuestro conocimiento adquirido.
¿Qué debemos hacer para facilitar la entrada de fluido?
Elevar el pensamiento hacia Dios. Eso relaja nuestro espíritu, enlentece el alma y así el fluido puede penetrar en la pesada materia.