En este momento estás viendo El significado de la Navidad

El significado de la Navidad

Mucho antes de que naciera Jesús, más de 300 años antes, los profetas fueron anunciando el nombre de un Mesías, un salvador.

El nombre de ese salvador fue Jesús. Y su vida marcó un punto de inflexión en nuestra historia y en nuestra ideología.

La Navidad conmemora su nacimiento. ¿Pero qué significado debemos conmemorar en estas fiestas?

Jesús nació como uno más

Jesús, bajo la Dignidad y la Sabiduría del Padre e influenciado por el Padre, nació en la Tierra como hijo de María, la Virgen, y de su padre, José.

Nació como todo ser humano aquí en la Tierra. Fue engendrado y creció de la misma forma que cualquiera de nosotros. Y con el Impulso y la Gloria del Padre, se hizo hombre para marcar la fulminante Palabra de Dios en la Tierra y marcar así, una ideología en el sentimiento de los hombres.

Nació Jesús en un lugar de Belén, en el sitio más humilde, en un pajar. En esos tiempos, todo escaseaba, había mucha necesidad de alimento. Entonces, siendo Jesús el hermano más elevado, ¿Cómo siendo tan importante, pudo nacer tan pobre y sencillo?

Hermanos, hemos de darnos cuenta de que Dios Nuestro Padre, como primera necesidad en la formación de nuestra sabiduría, lo primero que debemos tener es sencillez hacia todos aquellos hermanos que nos rodean.

Y nació sencillo Jesús, en un sitio sencillo, para que el impulso que Dios Nuestro Padre le daba, brotara la Sabiduría de la Fe del Padre.

Y nació sencillo para llegar a todas las clases sociales. Para relacionarse con el pobre, con el rico, con el malhechor, con el bienhechor, con el bondadoso, con el justo, con el injusto.

Nació Jesús sencillo, tranquilo de temperamento, relajado, paciente. Fue Jesús sencillo en su nacimiento, con el afán de llegar a todos los hombres de la Tierra.

Dios Nuestro Padre lo proveyó de gran riqueza espiritual. Le dio un estímulo de grandeza en la sabiduría de su conocimiento.

Dios Nuestro Padre le dio fluido de sabiduría, para que proyectara esa sabiduría, para que los hombres a través de Jesús, empezaran a confiar y a creer en Dios Nuestro Padre.

El recuerdo de Jesús

Pasado ese nacimiento de Jesús, al cabo de tanto tiempo, de tantos años, ¿Qué nos queda?

Analicemos qué es lo que nos queda, hermanos. Nos queda el practicar una ilusión en nuestros cuerpos.

La Navidad llega hoy a nuestros días después ya de tanto tiempo, de tantos años, ¿Y qué es lo que hay de verdad, de recuerdo?

Decimos que la noche de Navidad nace el niño Jesús, pero no se le da mayor importancia, no transciende la verdadera necesidad del nacimiento de Jesús.

En la mente, en el pensamiento de los hombres, se está perdiendo el significado de la venida de Jesús, de ese nacimiento, de toda su trascendencia espiritual.

Hermanos, es necesario que permanezca en nosotros ese reflejo del nacimiento de Jesús, como el recuerdo en nosotros de toda esa etapa gloriosa.

No podemos olvidar, ni por un momento, el esfuerzo tan grande de Jesús por marcar una ideología en el sentimiento de los hombres, para que fuésemos más justos a la Fe del Padre, para que nos miráramos los unos a los otros con respeto y con admiración.

Hoy en día, todo lo bueno del nacimiento va desapareciendo. Cada día todo se mira más desde un punto lucrativo. Se pierden las verdaderas raíces.

Lo que un principio fue sencillo, noble, va a través del tiempo desvirtuándose. ¿Y qué fue Jesús para nosotros como espíritus o como materia?

Fue el niño que a todos nos gustaría ser. Fue el hombre, el hermano, que a todos nos gustaría tener. Esa fue la Bendición de Dios a través de Jesús.

Ese es realmente el propósito Divino y el Deseo del Padre, de la venida de Jesús, para que nos viésemos todos reflejados en Jesús. Que obráremos, hiciésemos y hagamos las cosas como las hacía Jesús, en sencillez, en hermandad, en juiciosos.

Hagamos de la Navidad una conmemoración de Jesús

Recordemos siempre y tengamos presente que este nacimiento en la Tierra de Jesús, signifique para nosotros la unión con Dios a través de nuestro hermano Jesús. Y que éste nos sirva de cordón y de hilo, para que nos una cada día más a Dios Nuestro Padre.

Y pidámosle siempre a este Dios nuestro, si deseamos estar con Él y luchamos por el bien, por la sabiduría y por el conocimiento eterno, pidámosle siempre a este Dios nuestro, que nos haga sencillos, que nos haga pacientes, que nos dé templanza. Y que nos libre de toda avaricia, que nos ayude a comprender a nuestro prójimo, aquellos que nos rodean.

Por todo ello la necesidad más importante que nos ha dejado Jesús en aquellos recuerdos de su existencia, es la Fe. La Fe en Dios, la seguridad en Dios, el deseo del triunfo para estar cerca de Dios.

Pero ser sencillo en un mundo tan cruel, en un mundo tan material, es difícil. Ser sencillo es ser bueno, ser respetuoso con aquellos que te rodean es ser bueno.

Es necesario sentir la verdadera razón de la Navidad, para que nosotros también, nos unamos con júbilo a todas las familias de la Tierra, conmemorando este nacimiento que tuvo lugar hace muchos, muchos años. Pero que hoy todavía habita en nosotros en el recuerdo, para que nos refuerce nuestro comportamiento y nos haga sentir la necesidad de lo sencillo, de lo amable, de lo respetuoso y lo digno de con Dios y por Dios.

Que elevemos el pensamiento en todas estas fiestas, para a través del nacimiento de Jesús, poder comprender al Padre y sentirnos identificados con el Padre.

¡Oh, Dios mío! ¡Oh, Dios mío Padre! Hazme sencillo. Hazme tan sencillo que, si me atacan, no tenga el impulso de rehacerme y matarlo. Hazme sencillo para que aquél que me ataca, sienta al verme mi serenidad paciente. Pero si tú ves, Padre, que me atacan, vuélveme invisible para que el mal a mí no me llegue. Porque si me revolviese y lo matara, mi alma se ensuciaría. Y cuántos y cuántos siglos pasarían en depurarla.

¡Oh, Padre mío! Ayúdame y líbrame de todos estos asedios. Líbrame de todos los padecimientos de la injuria. Devuélveme sano y limpio al plano espiritual, del cual yo vine.

¡Oh, Padre! Ayúdame a ser un buen hijo. Ayúdame a ser un buen mensajero.

Jesús.

Hermanos, cuántas veces Jesús repetiría estas peticiones. Cuántas veces Jesús en sus meditaciones imploró al Padre ayuda.

Si nosotros recordamos la Navidad y queremos sentir lo que Jesús sentía en aquella Navidad, en todo su proceso de existencia en la Tierra, hagamos como Jesús.

Pidámosle al Padre que nos dé la conciencia, que nos ayude a superar nuestros problemas. Pero directamente a Dios, en meditación. Cuando meditamos con Dios lo hacemos relajados, tranquilos.

No olvidemos en cada momento recordar a Jesús y pongámonos en sus zapatos. Dispongamos de su comportamiento para unirlo e imitarlo. Si es preciso, hermanos, imitemos lo bueno.

El milagro de la Navidad

La verdad del Padre se reflejó en el hijo, que habitó el hijo en la Tierra entre nosotros para darnos fe y testimonio de la Bondad del Padre.

Que murió para probarnos la libertad del espíritu. Y que está en el Cielo hoy en día en la Gloria. Y que es cierto que está a la derecha del Padre, siendo el primer miembro más alto en la Pureza Divina. Y que no vendrá a la Tierra, por lo menos en muchos decenios porque Jesús debéis de comprenderlo en vuestra alma como en realidad fue.

La Navidad no guardaría ningún significado para nosotros, sino tuviésemos guardado en nuestra memoria, un recuerdo vivo del nacimiento de Jesús.

Por lo tanto, el significado de la Navidad va a tener para nosotros, los cristianos, los mismos seguidores que comúnmente formamos esa fe, llena de esa ideología y esa filosofía continua para acercarnos más, cada día, a Dios.

Festejar el nacimiento de Jesús en estas fechas, no es simplemente festejar el nacimiento de un niño. Pues todos los nacimientos son grandiosos como cualquier hijo de Dios que nace para su existencia terrenal.

Sin embargo,  si contemplamos que Jesús, que este niño, nació para que el mundo sintiera la capacidad de verse reflejado en la bondad de Jesús y en la de Cristo, con él vamos todos a unirnos con predisposición a aquellas enseñanzas que nos dio cuando fue hombre.

Entonces vemos que el nacimiento de Jesús junto a la Navidad forma un principio de ideología básico para comprender a Dios. 

El recuerdo vivo de la Navidad

Por ese motivo, el significado de la Navidad no es simplemente un niño que ha nacido, sino contemplásemos su importancia en el hecho que nos marcó una ideología necesaria para que los hombres de la Tierra pudieran emprender el camino del acercamiento a Dios.

Esto no fuese sucedido, si Jesús no se fuera acercado a los hombres. Dicho esto, vemos como una fecha conmemorable, importante.

Pero insistimos, no sólo y exclusivamente porque nació Jesús como niño, sino que nació un Jesús predicador, un Mesías orientativo, un Jesús marcador de una ideología encaminada hacía Dios. Y todo esto, tenemos, sin lugar a duda, que hacerlo reflejar en cada Navidad.

No somos importantes porque al nacer se nos haya dado una categoría o Dios nos haya dado unos méritos para deslumbrar a los hombres de la Tierra. Sino que nosotros, hermanos, que somos todos, vamos a concienciarnos para comprender que, con la venida y el nacimiento de Jesús, en aquel tiempo lo comprendimos.

Y ahora seguimos comprendiendo, supuesto que somos más inteligentes, tenemos que verlo como una virtud clara, fuerte, dinámica, con una razón importantísima porque Jesús marcó el camino de la ideología hacia Dios. 

Si nosotros recordamos y celebramos esa fecha y la hacemos grande,  no porque Jesús fuese grande, sino porque Jesús representaba a la Ideología de Dios.

Por eso, debemos comprender que no era grande por ser Jesús, sino que era grande por todas las cosas que de Dios decía. O dicho de otra forma, Jesús no es lo importante de la Navidad,  sino las palabras que trajo a la Tierra para todos nosotros, para que comprendiésemos mejor a Dios. Porque de esa forma, comprendiendo a Dios, todos nos unificaremos con mejor entendimiento. Y comprenderemos, a partir del momento que lo entendamos que, comprendiendo a Dios, nos comprenderemos más a nosotros mismos y a todos.

Y si nos comprendemos todos, indudablemente, no sólo hemos comprendido más a Dios, sino que estaremos más preparados, más propicios a seguir ampliando nuestro conocimiento y nuestro saber, con aquella orientación que primordialmente nos da este Dios nuestro, que nos ama y nos quiere.

No pretendemos buscar ante vosotros un recuerdo más vivo de la Navidad que no os lleve de esa forma, a integraros en la verdad de Dios nuestro Padre. Y estas son las palabras más gratas, más reconocidas, más amables y afables, que podemos haceros llegar del concepto de la Navidad.

Bien es cierto, que son fechas bonitas, de regalos y de buenos deseos. Pero que dejando a un lado el materialismo que a través de la idea de los reyes hemos desarrollado, además de los regalos, también se reciba la Palabra de Dios.

Deja una respuesta

Información sobre protección de datos: Los comentarios son revisados y aprobados por el responsable antes de publicarlos. Responsable: Antonio Ropero González. Finalidad: Moderar y responder comentarios de usuarios. Derechos: Podrás ejercer tus derechos de acceso, rectificación, limitación y suprimir los datos en laluzdelaespdesp@gmail.com, así como el derecho a presentar una reclamación ante una autoridad de control.

Información adicional: En  http://laluzdelaesperanzadelespiritismo.com/politica-de-privacidad  encontrarás información adicional sobre la recopilación y el uso de su información personal ,incluida información sobre acceso, conservación, rectificación, eliminación, seguridad, y otros temas.

Marcando la casilla de abajo indicas que eres mayor de 14 años, autorizas a que guardemos tus datos personales e indicas que…