El desarrollo de nuestra inteligencia ha dado paso al descubrimiento del universo y el espacio exterior. Hace relativamente poco, la comunidad científica descubrió los agujeros negros.
Los agujeros negros son grandes campos gravitatorios muy potentes, capaces de absorber cualquier cosa que acceda a su zona de atracción.
Estos fenómenos espaciales han dado pie a toda clase de teorías, desde que podrían ser como autopistas espaciales para conectar galaxias o aceleradores para viajar en el tiempo.
Pero lo cierto es que apenas sabemos cuál es su función en el universo porque ni siquiera podemos acercarnos.
¿Qué son los agujeros negros?
El universo es un espacio infinito creado por Dios en constante armonía y movimiento. Los astros, estrellas y demás cuerpos cósmicos, nacen, crecen y mueren como otro elemento más de la creación.
Todos estos elementos espaciales, al igual que ocurre en la naturaleza de nuestro planeta, cohabitan y existen mecanismos que sustentan su equilibrio. Los agujeros negros serían uno de estos mecanismos.
Cuando una estrella explota o muere al acercarse al sol, por ejemplo, se origina una especie de remolino aspiratorio para absorber toda la materia negativa. Este campo gravitatorio negativo es lo que formará el agujero negro.
Por lo tanto, si queremos observar agujeros negros, seguro los encontraremos donde hay mucha actividad estelar, cerca del sol.
¿Cómo funcionan los agujeros negros?
Los agujeros negros son pues como las aspiradoras espaciales. Y se forman siempre que hay destrucción en el universo. Es decir que, si un planeta se destruyera, emergería un gran agujero negro y engulliría a modo de remolino toda esa materia destruida.
Toda esa basura es conducida por el agujero negro a un planeta distante, sin retorno, sin vida, que actúa a modo de basurero.
En estos planetas toda la basura confluye en grandes mareas de energía a modo de huracanes. Estos planetas disponen de grandes volcanes que reducen todos esos escombros a polvo, lava y ceniza.
El mantenimiento de la limpieza del universo es imprescindible, sino sería imposible que los astros pudieran transitar con normalidad en sus órbitas.
Estos planetas inertes, que actúan a modo de basureros, aún no se han descubierto porque carecemos de tecnología suficiente.
Sin embargo, debemos pensar que es peligroso adentrarse en un agujero negro porque no se va a distinguir qué materia debe ser destruida de la que no. Por lo que una nave espacial atraída hacia un agujero negro puede acabar destruida.
Los agujeros negros aparecen y desaparecen
Los agujeros negros son mecanismos que tiene el universo para mantener su limpieza y equilibrio. Consecuentemente aparecen y desaparecen cuando es necesario. Y pueden viajar más o menos, dependiendo de la distancia del planeta basura destino.
Como hemos explicado, si queremos observarlos, serán frecuentes cerca del sol, donde se destruyen y mueren estrellas.
Sin embargo, pueden aparecer también en otras circunstancias. Por ejemplo, cuando hay accidentes con naves espaciales o meteoritos.
También pueden aparecer en el contexto de contaminación espacial de nuestro planeta. Gracias a los agujeros de ozono evacuamos gran cantidad de contaminación atmosférica, que cuando es liberada al espacio, los agujeros negros se encargan de hacerla desaparecer.
Se trata pues de una genialidad de la naturaleza, otra muestra más de la magnánima y deslumbrante creación de Dios, que pone a nuestro servicio en pro del desarrollo de nuestra inteligencia.