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El Espiritismo de Dios

El espiritismo nace inmediatamente con la creación de los espíritus por Dios.  Por lo tanto, el espiritismo es anterior a toda forma de vida material. En ese momento que Dios nos creó, el espiritismo fue creado al mismo tiempo, porque somos nosotros mismos los que formamos el espiritismo.

El espiritismo no es una doctrina, es la ideología de Dios

Entonces, si el espiritismo es la forma de grandeza, de armonía, de capacidad e ideología de Dios,  en ningún momento debemos llamarlo doctrina, si no lo desvirtuamos. Por lo tanto, debemos hablar siempre del espiritismo y añadiendo:  el espiritismo de Dios. A partir de estos momentos debemos de poner espiritismo de Dios porque si no lo diferenciamos, podemos caer en la mala interpretación de los hombres del espiritismo doctrinal.

Decir que el espiritismo de Dios es una doctrina, es equipararla al pensamiento de los hombres de la Tierra. A nada se le puede llamar doctrina que venga de Dios. Y si el espiritismo de Dios viene, no se le puede llamar doctrina al espiritismo.

Cuando nos refiramos a Dios, podemos decir leyes de Dios, conocimiento de Dios, grandeza de Dios… Pero llamarles doctrina a las cosas de Dios, es llamarlo equivocadamente. Porque sería, repito, compararlo con la de los hombres de la Tierra o de otros mundos, y Dios está muy por encima del planteamiento ideológico de los mundos, de todos los mundos.

El espiritismo es la formación en la cual se basan los espíritus puros para la formación de todas las almas de la tierra. El espiritismo también es la formación espiritual de todas las escalas de elevación. El espiritismo de Dios es la consagración universal de todos los mundos, todo englobado en una misma palabra.

 Imaginaros por un momento, si todos los hermanos materiales, espirituales, todos ahora tuviéramos la pureza, veríamos al espiritismo de Dios como es en realidad, puro y limpio, sagrado. ¿Y por qué lo veríamos así? Porque al no haber imperfección en nosotros, veríamos la grandeza de Dios grabada en nuestro propio espíritu.

Al ver la grandeza en nosotros mismos, veríamos el espiritismo de Dios, la pureza de Dios. Mientras tanto, para que no se desvirtúe el espiritismo de Dios, estan los espíritus puros para dar fe y testimonio de la verdad del Padre.

Hablar de espiritismo, y mirad si es importante el espiritismo de Dios, significa para los espíritus puros, hablar de las leyes divinas de Dios.

Así pues, la verdadera pregunta sería:

¿Cómo podemos comprender el espiritismo puro de Dios?

El espiritismo es la configuración de las leyes divinas, elabo­radas en la grandeza de los conceptos del universo. Todo lo referente al espiritismo debe ser llevado y elaborado con la divinidad de la pureza, si es que algún día deseamos estar en la pureza divina. Porque si no,  cada vez que el espiritismo de Dios pase por nuestra manos y no lo sepamos llevar con la misma pureza que no es entregado por los espíritus puros, lo desvirtuamos y se convierte en doctrina, en paganismo, en discordia. Y eso ya no es espiritismo de Dios, si no doctrina de los hombres o de espíritus imperfectos.

Por esa razón, el espiritismo que aquí es revelado, no es ninguna doctrina. Es una revolución ideológica,  una revolución de pureza del espiritismo. Que nadie mire al espiritismo de mal agrado, de mal hacer, porque el espiritismo puro es de Dios. Conoced primero al espiritismo puro de Dios, para poder decir que no es bueno. Dejaros de todo cuanto existe en nuestro mundo relacionado con el espiritismo; que no se hable del espiritismo de Dios sin que lleve el sello de la verdad divina, y no sea elaborado como mínimo por los espíritus puros, con el sello de Dios.

No hagáis caso de aquellos que ofrecen el espiritismo como una ciencia oculta,  derrumbad por completo la ideología sobre el espiritismo que tenemos en la Tierra. Derrumbadlo, porque si no, nos derrumbaremos con él.

Es importante que podáis comprender y acogeros al espiritismo de Dios que traemos hasta vosotros.

¿Qué cosas competen al espiritismo de Dios?

Nos estamos refiriendo a todos los temas tanto espirituales como materiales. Si partimos de la base de que el espiritismo lo formamos todos los hermanos espirituales y materiales, si somos justos con el espiritismo de Dios, debemos ser justos en todos los conceptos, en todas las etapas, en todas las reencarnaciones, en todos los sitios y formas de ideología en la Tierra y en cualquier otro punto en el plano espiritual y en el mundo material.

Si verdaderamente somos hermanos y creemos realmente que somos hermanos, debemos de respetar al espiritismo de Dios.

Todas las obras, los libros, que están a disposición de esta web, están llegando a nosotros para comprender y valorar al espiritismo de Dios.

Leyendo y siguiendo al espi­ritismo de Dios, nos levantaremos y nos realzaremos nosotros mismos ganando cada día esplendor y sabiduría en nuestro conocimiento.

El Espiritismo forma parte de nosotros

El espiritismo, aunque no lo deseemos, forma parte de nosotros mismos. El espiritismo, si nacemos con él, comprended que no podemos quitárnoslo.  El espiritismo no es como una camisa que cuando no te interesa te la quitas. El espiritismo es parte de nosotros y aunque queramos, no podemos salir de él, como no sea por decisión de Dios.

Decir que no pertenece uno al espiritismo, es como aquel que por ignorancia dice que no pertenece siendo hijo cuando ha nacido en el seno de esa familia y renuncia de sus padres.  ¿Verdad que es falso? Pues igual de falso es decir que no pertenece uno al espiritismo.

Pertenecemos al espiritismo de Dios, si lo aceptamos o no, ese es nuestro perjuicio o nuestra victoria. Pero sí os digo, que si cogemos de nuevo al espiritismo, lo cojáis puro y limpio y cojáis al espiritismo de Dios, el que hallaréis en esta web y en estos libros aquí publicados. Pues todo lo que aquí encontráis está siendo elaborado para nosotros y bajo la aprobación y la luz del Padre.

No confundamos el espiritismo de Dios con fanatismo y lucro

Debemos de comprender que, si todos formamos el espiritismo de Dios, todos los espíritus y todas las almas formamos el espiritismo de Dios. Debemos procurar ensalzarlo, debemos velar por mantenerlo limpio, porque todo cuanto hagamos por levantar al espiritismo de Dios, nos estaremos levantando a nosotros mismos.

En cada aportación que hagamos, haremos esa aportación de grandeza y nos engrandeceremos nosotros mismos. No debemos, por tanto, organizar una forma de lucro. Porque eso no es ayudar al espiritismo, si no hundirlo, y hundirnos a nosotros mismos. Eso no forma parte de lo divino, de lo puro.

En la vida material, bien es cierto, que necesitamos dinero para comprar las cosas necesarias para vivir. Pero una cosa es la necesidad y otra cosa es el lucro, la avaricia. No confundamos nunca una cosa con otra. Porque de aquel que lo hiciera, se hundiría por debajo del fanatismo y la discordia, caería en picado en el desorden de su conocimiento y se alejaría de la sabiduría. Se alejaría de la verdad y del consuelo que pueden proporcionarle todos los hermanos que están junto al espiritismo de Dios, no con la doc­trina del espiritismo.

 Aquellos de vosotros que no creéis en el espiritismo de Dios y practicáis la doctrina del espiritismo, pero equivocadamente, supuesto que todos somos el espiritismo: Rehusadlo, pues es­táis en el lado del espiritismo equivocado.

Comprended que aquel que reniega del espiritismo es como aquel que reniega de su propia familia. Renegar del espiritismo es huir,  rehusar y desprestigiar a tu familia. Y eso conlleva a descender cada día más en la incultura, en el fanatismo de la incomprensión, en la torpeza y en el incumplimiento de lo falso.

La equivocación de los hombres radica en renunciar de las leyes divinas, en renunciar al espiritismo de Dios. No renunciéis a la verdad del espiritismo de Dios. Cogedlo con fuerza y yo os prometo que, si así lo hacéis, os salvaréis del laberinto que os atormenta en la Tierra.

Hermanos, levantemos humildemente el espiritismo de Dios. Levantaros ahora, en estos momentos y encontraros a vosotros mismos. Realzad vuestros sentimientos hacia lo divino. Dejad lo impuro, limpiad vuestras almas. Acogeros a cuanto Dios os ha traído hasta nosotros, que es la pureza la que resbala en cada una de estas frases, de estos libros.

Hermanos, seguid el camino de la luz, de la verdad divina del espiritismo de Dios.

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