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Las guerras

Las guerras forman parte de nuestra actualidad en nuestro mundo. Parece que la lucha y la muerte nos sigue acompañando en nuestros días, ¿pero por qué nos persiguen las guerras, a pesar de nuestro avance intelectual?

Un sentimiento primitivo

Muchos de los que aquí estamos, nos miramos y vemos la verdad reflejada en nosotros mismos. Otros incluso dirían que son incapaces de matar. Sin embargo, ¿acaso pensáis que no habéis matado en el pasado?

Sí, hemos matado. Hemos luchado a muerte contra nuestra propia especie. Nos hemos enfrentado a nuestros hermanos dándoles muerte por cualquier simpleza.

Sentirnos superiores, obtener el triunfo y el lucro a cualquier precio, oprimir al débil; cuántas motivaciones no hallará el abismo del hombre que pueda alentar el deseo de guerra, lucha y muerte.

Se trata pues de un sentimiento primitivo, la manifestación de una violencia que vulnera todo conocimiento.

Y en todos los mundos primitivos, hasta el sexto mundo, existen guerras.

Evidentemente, cuanto más primitivo sea el mundo, estas guerras serán más frecuentes, generalizadas y menos sofisticadas.  

Pero sean con piedras, armas o naves espaciales, una guerra es una guerra, y no hay justificación alguna que motive ninguna.

Una evolución necesaria

Sin embargo, con la evolución y a través de las reencarnaciones de los diferentes mundos, hemos aprendido que la violencia no se suma a la capacidad de inteligencia y superioridad del espíritu, sino que lo degrada.

Y que el alma y el espíritu no se ha de llenar de cosas odiosas y de triunfos de guerra.

Sino que hemos aprendido que se debe de llenar de dulzura, de amor, de inteligencia, de humildad, de sinceridad.

Y de todo ese conjunto de cosas, armoniosamente nos eleva muy por encima de los pensamientos mediocres de los hombres y nos pone cada día más, en las cercanías de la comprensión divina de Dios Nuestro Padre.

Allí donde Él nos observa y nos bendice, aun cuando nosotros inconscientemente somos de esa bendición.

Hermanos, luchad con fuerza para superar el atrevimiento de matar.

Luchad siempre con la humildad en la mano, en pro por el beneficio de las almas y por la superioridad y el éxito de salir airoso en las reencarnaciones.

Prestad la ayuda sincera a cada hermano y no olvidaros nunca, que así lo hacéis, Dios lo bendecirá y lo aprobará, y ascenderéis en el plano espiritual, aspiraréis a más altura de comprensión. Y eso es bueno porque os estáis acercando a Dios.

¿Por qué Dios permite las guerras?

Todo es necesario para la comprensión del pensamiento y el sentir de las almas que pisan la tierra.

Como hemos dicho ya en muchísimas ocasiones, el alma debe aprender a sentir hambre, a padecer desgracias y sentirlas en su cuerpo, en su sangre, para que no se le olvide sentirse humano.

Es necesario, no hay otra forma de comprensión para llegar a la altura necesaria para ser un espíritu de luz y empezar a comprender.

Recordad, que hasta que no somos espíritus de luz, no empezamos a comprender un poco la consecución de las cosas futuras, venidas o por haber. Y que no se comprende el funcionamiento de las reencarnaciones; que no se comprende los planteamientos que nos pone Dios en las distintas etapas de la Tierra o de otros mundos.

Y es necesario para llegar a ser un espíritu de luz, haber pasado por todas las miserias, por todas las formas de sentimiento, de banalidades y de torpezas, de mandar a matar y ser mandado. Quizás no de todas, pero sí de muchas. Cada uno de nosotros somos en esencia hermanos, pero a la vez diferenciados por nuestro propio aprendizaje de las cosas. Habrá hermanos que necesiten pasar por todas las situaciones para acabar de comprenderlo y otros no.

¿Cuándo desaparecerán las guerras?

Cuando la capacidad de todos los seres o todas las almas que habitan en la Tierra, luchen en pro del bien común.

Una vez vayan comprendiendo tras sus experiencias de sucesivas reencarnaciones, que no deben más sufrir.

Esos son los planteamientos que se deben adquirir y Dios siempre va a dar prioridad a la enseñanza mundial de todas las almas que pisan la Tierra.

Por eso, a veces, pueden afluirnos pensamientos negativos hacia Dios por permitir las guerras y la muerte injustas.

Sé que muchísimos hombres y almas de la Tierra pueden llegar a perder la fe porque no comprenden por qué Dios lo permite.

Pues Dios Nuestro Padre permite las guerras y las muertes entre nosotros para que aprendamos, para que veamos la verdad y nos vayamos desengañando del apego material para que impere el sentimiento de espíritu.

Y veamos la manera de sufrir por vivir y sintamos el padecimiento de la pérdida de nuestros seres queridos.

Por muy cruel que nos parezca, debemos de pasar por esas situaciones para poder comprender, para que una nación pueda ir bien y permita una vida pacífica y civilizada.

Sin embargo, para que esa nación sea justa con todos, los dirigentes deben gobernar bien y para ello ese pueblo corresponder con una respuesta.

A veces en naciones oprimidas por la dictadura aflora una lucha, una revolución de pensamiento.

Es entonces cuando Dios ayuda a que el cambio sea favorable y para ello Dios dispone espíritus reencarnados formados para ser miembros del futuro gobierno, para que den luz verde al desarrollo político y nacional democrático.

¿Cómo es la guerra en otros mundos?

En los mundos más atrasados que el nuestro, las guerras se suceden como algo frecuente y siempre por el poder. Soy muy similares a las de Tierra, pero con armas más rudimentarias.

En el mundo número seis en cambio, están más concienciados y todas las guerras son espaciales para conservar y respetar el planeta que habitan. Por lo que sacan sus naves y luchan, cuando no llegan a acuerdos.

Lo cierto es que las guerras en ese mundo no se suceden a menudo, por ejemplo, actualmente llevan dos siglos de nuestro tiempo sin guerras.

Históricamente, se recuerda una guerra que ocurrió hace unos mil años. De los cuatro naciones existentes, una de ellas recibió el ataque de las restantes y se produjo un terrible daño no sólo a nivel humanitario sino de contaminación ambiental.

Eso provocó que todos se concienciaran y se desarrollaron una leyes comunes para evitar la guerras. Y en el caso que hubiera, se produjeran fuera del planeta.

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