Entendemos como magia blanca, aquella que Dios nos da, el fluido. Es la única y verdadera fuerza que nos da Dios.
La magia negra es sólo una mera desvirtualización de la magia blanca.
Personalmente, no me gusta usar el término de magia blanca, pues estamos hablando de fluido, que es más específico del léxico espiritista. Pero dado que los libros publicados en el mercado abanderan estos conceptos, me veo obligada a utilizarlos para dejarlo claro.
Partimos de la base que Dios nos da fluido a todos, a toda la escala espiritista y es blanco y puro.
Pero ese fluido blanco y puro, esa magia blanca, estando materializados, puede utilizarse para el mal. Entonces es cuando hablamos de magia negra.
Hay algo que deseo dejar muy claro desde el principio. Donde hay luz Divina, no puede existir el mal. Aquí no hay lucha entre iguales. La oscuridad perece con la luz sin necesidad de lucha.
La magia negra está relacionada con los espíritus turbados
La magia negra no conoce límites de inmoralidad, adoran a dioses falsos, incluso objetos, a un satanás que no existe. Hacen misas negras, vudú, orgías, reuniones contra Dios, incluso sacrificios de sangre. Lo único que consiguen es atraer a espíritus turbados, la mayoría de turbación clara. Y con sus malas intenciones, se posan sobre estas personas que los reclaman (porque Dios no les permite poseer los cuerpos) y complacientes, se hunden en la oscuridad, en el fango.
Debemos tener en cuenta, que los espíritus turbados en el mundo espiritual están cercados, sólo se les permite estar en un recinto para que no perturben la paz espiritual, de aquellos espíritus que quieren progresar. Pero aquí en el mundo material, se les permite vagar en libertad para nuestro aprendizaje y el de ellos mismos.
Y aquellos que seguimos una vida responsable y somos fieles a Dios y su Palabra, nuestra paz nada debe temer; pues Dios nos da nuestros guías que velan por nuestra protección y todo lo que necesitemos. Pero aquellos que deciden vivir fuera de Dios y sus guías los abandonan, pues rechazan a Dios y no hacen ningún uso de sus consejos, de su voz interior; son pasto de los espíritus turbados. Y si además desean profundizar en la oscuridad y los reclaman para avivar el mal, se pierden en el abismo, en la incomprensión, en la barbarie.
Y esta situación es de una bajeza que entristece. Pues imaginaos que los espíritus turbados se complacen en “revivir” vicios o degradaciones materiales que siendo espíritus no tiene cabida. Y en paralelo, las personas que se prestan a la magia negra, sucumben en la oscuridad de sus vicios y alientan cada vez más esa tiniebla en su alma.
Las sectas podrían entenderse como un tipo de magia negra. Pues cogen la palabra de Dios o su religión y la desvirtúan a su antojo, a su conveniencia, para aprovecharse de aquellos que están desesperados por ser escuchados y encontrar ayuda. Y con la fuerza de esa organización someterlos y avivar el poder y promover toda clase de inmundicias terrenales que degradan la capacidad del espíritu.
¿Por qué Dios permite la existencia de la magia negra?
Y aquí viene la gran pregunta, ¿por qué Dios lo permite? No deja de ser un aprendizaje, hay muchos que para saber lo que es estar con Dios, les es útil saber que es estar fuera de la protección de Dios.
Y Dios lo permite para que aprendamos qué es estar sin su Luz, sin su Presencia. Y a pesar de existir este tipo de situaciones, de Dios respetar nuestro libre albedrío, evidentemente, no nos abandona. Existen hermandades de espíritus que trabajan para que estos espíritus turbados vean la luz y también para infundir la duda en aquellas personas que han decidido estar fuera de Dios. Y aunque es cierto es difícil, muy difícil que les hagan caso, debo deciros que existe la esperanza, pues Dios no lo permitiría de no haber una salida.
Recordad cómo he iniciado este escrito: donde hay luz no puede haber oscuridad. Y es así. Cuando llega la luz, los espíritus turbados marchan y huyen con pavor, con miedo, por la ignorancia de no conocer la capacidad espiritual. Y al marcharse los espíritus turbados, pues se acabó la “fiesta” de la magia negra. Pero esta no es la solución. La solución está en no desvirtuar el fluido que Dios nos otorga en fechorías, simplemente, aprendamos a ser buenos.
