Pasamos años adaptándonos a nuestro cuerpo. No es fácil para el espíritu asimilar la pérdida de sus capacidades innatas a manos de la materia. Pero una vez lo logra, se convierte en una persona nueva, olvidando todo su pasado espiritual.
¿Pueden existir problemas en la adaptación del espíritu a la materia, a su cuerpo?
Habría que distinguir de qué clase de espíritus estamos hablando. Para un espíritu que no tiene luz, por ejemplo, prácticamente en la mayoría de sus primeras encarnaciones en los mundos más primitivos, hasta incluso incluyendo a la Tierra, puede ser muy problemática la adaptación con la materia.
Puede suceder que un espíritu no desee encarnase o reencarnase en la materia. Y cuando esté reencarnado, tienda a rechazar todas las cosas que se le presenten delante. Es decir, que se niegue a estudiar, que se niegue a trabajar o que todo lo que concierne en su vida lo haga de mala gana.
El autismo, una forma de rechazar su reencarnación
Esa negación para estar reencarnado, pues no acaba de comprender cuál es el objetivo y la recompensa de ese sacrificio, de esa pérdida de la capacidad espiritual; es la enfermedad psiquiátrica del autismo.
El autismo que se detecta en edad muy temprana, en niños que rechazan empleando la fuerza a sus padres, a su cotidianidad y a su propia vida, es fruto de esa negación a adaptarse a su cuerpo y a vivir su reencarnación.
Por lo tanto, la adaptación del espíritu con la materia no es buena, porque en sí lo bueno sería que afrentaran su reencarnación con el deseo de limpiarse, de forzarse para su desarrollo. Así, estos espíritus, si se fuerzan, y eso significa afrontar la vida de una forma alegre, de una forma positiva a todo aquello que hacen y se toman todo aquello que se les presenta en la vida con armonía, con decisión, no importándoles luchar en pro del sacrificio de sus hijos, sea el trabajo que sea. Lo importante debe ser sacar su reencarnación adelante.
A pesar de que este problema de adaptación es mucho más frecuente en espíritus que carecen de luz, también podemos encontrarlo en espíritus de luz. Curiosamente, en este último caso, el espíritu de luz en el plano del espíritu está completamente seguro de que su reencarnación es el camino para su enseñanza y avance espiritual, cuya vida futura material les aportará conocimiento a las cosas que desde el plano espiritual no comprende bien. Pero una vez reencarnados, se olvidan de sus buenas intenciones y quieren huir del plano material.
Aunque por lo general, un espíritu de luz se identifica bien con la materia y no debería tener problemas de adaptación para desarrollar su vida material con plena normalidad.
Podemos obtener ayuda para su adaptación
La adaptación con la materia va a depender también del camino que elijamos. Si elegimos el camino del bien, el camino de Dios, por supuesto nos va a ser más fácil.
Siempre que tengamos un problema, el problema que tengamos, nos vamos a apoyar en Dios. Y así, todo va a resultar más fácil. Suceda lo que nos suceda, de bueno o de malo, le vamos a dar gracias al Padre o pedir que nos ayude para seguir adelante. Eso sí, siempre nos vamos a guiar por los buenos consejos que nos den nuestros guías, nuestros sentimientos de nuestra alma, nuestra voz interior.
Y si, por ejemplo, estos seres con problemas de adaptación pueden estar al alcance de un médium vidente completo, éste puede darle una orientación a toda su personalidad y a todos sus quehaceres más positivamente. Si esta alma perdida, acoge esa ayuda, porque siempre Dios respeta nuestro libre albedrío, seguro que triunfará y saldrá con éxito en esa reencarnación.