Cuando hablamos de desprestigio del espiritismo nos referimos a no tener los principios claros o bases ideológicas precisas para comprenderlo. Esta falta de conocimiento provoca comportamientos, pensamientos y actos de falsa ideología que desvirtúan la realidad del espiritismo.
Los falsos médiums, las teorías ocultistas, los rígidos dogmas que intentan doblegar y reducir la ideología de Dios al pequeño marco de la comprensión de los hombres.
Nos referimos a aquellos que se sirven de algunos conceptos de la ideología de Dios y del Espiritismo mismo para sacar provecho de aquellos que buscan respuestas faltos de seguridad y fe, dejándose guiar por cualquiera que lidere sus ideas.
¿Por qué se desprestigia al Espiritismo?
La vulgaridad, la incertidumbre, la incredulidad, puede dar lugar a pensar erróneamente y mirar al espiritismo desde un punto de vista falso. Dejándose así, influenciar por hermanos equivocados por pensar que sólo y exclusivamente ellos llevan la razón, sin contar con este Dios nuestro que les dé la iniciativa de conocimiento espiritual.
Los hombres luchan constantemente por ser los mejores y destacar. No importa si es bueno o malo, sólo destacar. No importa si es verdad y puede ayudar a los demás, sólo se trata de que esa idea interna los lleve al triunfo de liderar a los demás y obtener el poder.
Poca importancia tiene para estas o estos hermanos que desprestigian al espiritismo con esos temas tan faltos de realidad o de conocimiento, que sólo consigan desequilibrar a sus propios hermanos.
Sin embargo, no debemos olvidar nunca, que los más desequilibrados y los que más van a perder en toda esta forma de transfiguración de comprensión espiritual, van a ser esos mismos hermanos que intentan desprestigiar la verdadera razón espiritual, desbordando y aniquilando por completo las pequeñas raíces donde nace el espiritismo.
Principalmente, una de las causas es por desconocimiento. Al menos, nos gustaría pensar que esto ocurre debido a la ignorancia de dejarse influenciar por aquellos hermanos que creen estar en la verdad, sin ser cierto.
A todos ellos, esperemos que recapaciten a la voz y el deseo que promulga continuamente este Dios nuestro, a través de los distintos temas espirituales escritos en este blog y publicados en estos libros de esta web.
Con los años emergen nuevas y más formas de desprestigio del Espiritismo
El fracaso de las religiones nos ha llevado al mercadeo del espiritismo. Las nuevas capacidades intelectuales no pueden ser satisfechas con la ideología actual.
Por otro lado, la democracia nos permite a estar abiertos a cualquier forma ideológica que emerja, pues tenemos libertad de expresión. Y eso es bueno, porque nos permite riqueza para poder distinguir el bien del mal.
Nos encontramos pues, con una falta de credibilidad al encontrarse todo ese avance intelectual con esa merma ideológica que desbanca los hermanos más necesitados.
La realidad es que desde que nacemos buscamos de dónde venimos, por qué estamos aquí viviendo esta vida y dónde vamos tras la muerte.
Y viendo el fracaso religioso, cualquier hermano que ose hablar del espiritismo, de Dios o las cosas de Dios, puede ser agua fresca de vida.
Por eso, vemos cada día más necesario el resurgir, gracias a Dios Nuestro Padre, estas obras que difunden una base ideológica para la buena capacidad de aquellos que deseen triunfar y adentrarse en el conocimiento divino.
Para que cese su temor, su miedo y para que dejen de estar vacíos por dentro.
Y así, puedan acogerse a la fuente de su propio nacimiento, de la propia verdad espiritual. Esta agua fresca sí que va a saciar su búsqueda.
Todo ello forma el conjunto de una armonía que nos enlaza a todos, desde el más primitivo principio, pasando por las distintas etapas en los mundos materiales y espirituales.
Consagrándonos, al cabo de muchos y muchos siglos, después de haber atravesado y absorbido la buena capacidad, la sabiduría de un sinfín de reencarnaciones.
Encontrándonos así, finalmente con Dios, triunfantes, alegres y satisfechos de tan extraordinaria labor y recorrido. Buscando en la misma pureza, el perfeccionamiento divino, al lado de nuestro Padre, Maestro y Amigo, Dios mismo.