Dios Nuestro Padre, a lo largo de toda la vida material, da señales medíunicas. Grandes señales de la verdad del mundo espiritual para posibilitar distintos medios de entendimiento.
Dios crea estas señales medíunicas para que pueda haber una relación seria en la comunicación del mundo espiritual con el mundo material.
Sin embargo, a pesar de que estos espíritus que han nacido para ser médiums, se han preparado durante siglos para reencarnarse como tal y reciben desde pronta edad señales del camino que deben seguir; muchos de estos médiums no completan su desarrollo mediúnico.
Elegidos para ser médiums
Para reencarnarse como médium un espíritu debe tener una capacidad mínima de espíritu elevado. Dependiendo del mundo destinado a ser reencarnado, necesitará más o menos elevación.
Los médiums existen en todos los mundos materiales, pues Dios posibilita que haya una comunicación entre el mundo material y espiritual para que eleven su pensamiento.
Y así, conociendo la verdad del espiritismo, puedan evolucionar y desarrollar su capacidad, aprovechando al máximo su vida material ayudando a los demás.
Evidentemente, el grado de mediunidad entre los mundos más primitivos y los mundos materiales más evolucionados, no va a ser el mismo. Y tampoco va a ser tan común.
A más desarrollo del mundo material, más capacidad de comprensión existe y más médiums habrá. Así mismo, las capacidades de un médium también pueden diferir, como ya hemos comentado en otros capítulos de este blog.
Sin embargo, todos deben completar su desarrollo, todos deben ser ungidos por Dios Nuestro Padre con la culminación de ese don.
Ser elegidos desde el mundo espiritual para reencarnarse como médiums es algo que ha de prepararse con conciencia y esfuerzo en los coros del mundo espiritual, los colegios espirituales.
Y en esta elección participa el mismo espíritu, juntamente con sus responsables espirituales y Dios mismo.
Por lo tanto, estamos ante una codecisión de alto nivel que exige fe y devoción de esfuerzo y superación.
Cuando ese espíritu se reencarna está preparado para realizar con éxito su vida como médium.
Y para ese fin se le destinan un guía material muy elevado para que nada le falte en su consejo del día a día y un guía espiritual puro que le alentará en el momento del sueño.
El desarrollo mediúnico
Desde muy corta edad la persona destinada a ser médium va a experimentar señales medíunicas. Pueden ser voces, ver espíritus, ver el reflejo de la luz espiritual de las personas, sensaciones espirituales que complementan y a la vez definen todas las cosas que se viven.
Todas esas señales son estímulos para posibilitar el inicio y desarrollo del médium, para que se mueva a buscar respuestas.
De ahí la importancia que se reencarnen en familias proclives, es decir, en familias que sean creyentes en el espiritismo o tengan algún médium cerca.
Así tendrá apoyo material para su desarrollo, además del de sus guías.
No es fácil desarrollarse como médium. Exige voluntad de superación continua y fe irrevocable. Por eso es importante que reciba ayuda de algún médium ya completo, para que pueda ayudarle en su desarrollo.
Sin embargo, a pesar de que son necesarios unos ejercicios de concentración y meditación para alcanzar ese desarrollo, más importante aún es completar la convicción y honestidad del médium.
Por lo tanto, ruego encarecidamente que, si vosotros mismos o un familiar vuestro ha recibido estas señales, busque ayuda de un médium completo.
El médium que no se completa
Aquellos reencarnados para ser médiums reciben gran cantidad de fluido, muy superior respecto a cualquier otra persona. Pues lo necesitan para que pueda darse esa comunicación directa con los espíritus.
Tener la afluencia de esos espíritus tan elevados, incluso puros en algunos casos, como guías, junto con esa cantidad de fluido, hace que sus ideas, conducta o hechos puedan ser excelentes.
Serán personas de gran capacidad y se les reconocerá por su buen hacer de las cosas con las personas en cualquier materia.
Un médium suele completarse en la edad adulta, son pues muchos años de superación.
Sin embargo, algunos médiums que reciben la luz y fluido de sus guías, que están aún recibiendo una preparación, se ciegan en su vanidad y en su egoísmo.
Se desvirtúan porque ven esa capacidad que van adquiriendo y creen ser dueños y señores para hacer y deshacer a su criterio. Dicho de otra manera, se creen dioses.
Se piensan que, porque pueden recibir cuatro videncias, pueden controlar esa capacidad espiritual o tener a su merced a los espíritus bondadosos que le asisten.
Por supuesto, Dios no lo permite. Les permite sigan su desarrollo para que cambien y con su paciencia infinita espera que rectifiquen.
Y si en algún momento, Dios ve pueden hacer daño irreparable a las personas de su entorno, entonces mengua su capacidad. Incluso puede llegarles a retirar sus guías.
Pues si ese espíritu renuncia a desarrollarse como médium y además utiliza esa capacidad hacia el mal, retira los medios que le ha otorgado para que otro espíritu pueda ser ayudado.
No podemos olvidar que en el mundo espiritual hay justicia divina. Dios da oportunidades, pero administra sus dones con vehemencia.
Y ese médium que podría haber triunfado y ser muy bueno, puede resultar un desprestigio y un total fracaso porque su entrega a Dios no ha sido completa. Ni tampoco su amor y sinceridad hacia los demás.
Por eso os decimos: sed sencillos. Aunque tengáis muchas dificultades, manteneros siempre sencillos porque Aquél que os da la luz de la videncia, os la puede quitar.
Sed buenos, sed justos e implacablemente estad por encima de cualquier falsedad. Luchad siempre por lo justo y no luchéis o no hagáis las cosas promovidas sólo por la lujuria o por el dinero.
